FUENTE DE LA PLAZA
Más de sesenta años hace.
Recuerdo cuando tenía cuatro o cinco años una escena que se repetía frecuentemente. Estaba de visita en casa de mis abuelos , mi padre me llevaba muy frecuentemente a visitarlos porque por aquel entonces vivíamos en Ibros , un pueblo de al lado . Oía de pronto la voz de mi abuela : "¡José!¡José! ¡Ve a la fuente y te traes una damajuana de agua!" . Mi abuelo , muy obediente después de oír el tono de voz de mi abuela , me decía : "¡Pepe!¡Nene! Ven conmigo , vamos a la fuente por agua".
Mi abuelo no tenía ninguna prisa , eso era lo que deseaba mi abuela , íbamos lentamente y sé que me contaba muchas cosas que ya no recuerdo , excepto una. "Cuando lleguemos a la fuente no quiero que te sueltes de mi mano, yo te dejaré que toques el agua del caño y del pilar. ¡Pero no te sueltes!"
Un día que me solté comprendí la insistencia de mi abuelo. ¡Había tal cantidad de ovas que me escurrí y estuve a punto de caer al pilar!. Aprendí la lección.
Y después de un buen rato en la fuente y de charla con conocidos de mi abuelo y con la damajuana llena de agua volvíamos a la casa. Mi abuelo convencido de que habría más calma.
FUENTE VIEJA






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